viernes, 15 de febrero de 2013

El dulce olor a mofeta.


En el ranking de los seres que peor pueden llegar a oler tenemos en primer lugar a la mofeta (en segundo a los bebés, pero eso es otro tema). Un ser tan pequeño del que nunca podríamos haber imaginado que podría echar eso por sus glándulas anales. Pero sí, lo hace cuando se siente amenazado o para marcar territorio, y puede llegar a expulsarlo hasta 2 o 3 metros de distancia. El líquido puede provocar un grave escozor en los ojos de sus víctimas que se pasa en un tiempo, pero el olor, oh amigos, el olor prevalece. Si algún día veis a una mofeta, después del ‘Oh, mira, una mofeta, ¡qué bonita!’, corred, en serio, corred antes de que levante sus patas posteriores del suelo, levante la cola o escuchéis un sonido agudo, porque os está avisando de lo que va a ocurrir en segundos. Yo le haría caso si fuera vosotros.

'Espera, que voy' — Dijo la mofeta.


El olor lo provocan unas sustancias químicas sulfurosas, o eso dicen, yo creo que debe ser olor a zombie de tres meses envuelto en plástico. 

Según parece hay un remedio casero para quitar el olor, os pongo unos pasos que hay que seguir:

  1. Lávalo todo. Rápido. Antes de que lleguen las moscas.
  2. Mezcla un cuarto de peróxido de hidrógeno (o vinagre blanco) con otro cuarto de bicarbonato de sodio y un poco de jabón, dale a todo con la mezcla, usa estropajos para hacerlo.
  3. Enjuágalo todo con agua las veces que sea necesario. Tira los estropajos. ¡POR DARWIN, TÍRALOS!
  4. Desengrasante. Refresca la casa con ambientadores de los que atrapan las partículas y eliminan el olor, y de paso pruebas si funcionan y nos lo cuentas.
  5. Para la próxima que te encuentres con una mofeta: ¡CORRE!

Y esto es todo, yonkis de la biología. Me alegra encontrar tiempo y estar al 169% para volver a escribir artículos, iré aumentando calidad, que estoy desentrenada.


Un saludo a todos desde el sofá de mi casa.

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